LA CASA DE LOS SIETE TEJADOS, Nathaniel Hawthorne

 

 

 

TITULO: La casa de los siete tejados

AUTOR: Nathaniel Hawthorne

EDITORIAL: Penguin Clásicos

GENERO: Narrativa

EDICION: Tapa blanda

AÑO: 2015 (Obra 1851)

PAGINAS: 338

 

 

SINOPSIS:

 

A finales del siglo XVII, en una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, el venerable coronel Pyncheon decide construirse una ostentosa mansión donde un día hubo la cabaña de Mathew Maule, condenado a morir en el cadalso por brujería en un juicio presidido por el propio coronel.

 

El acusado lo maldijo mientras era ajusticiado, y el día de la inauguración de la casa Pyncheon murió repentinamente dejando a sus descendientes la mansión y el infortunio.

 

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

 

Este libro era la segunda obra de este autor que tenía como eterno pendiente ya que pertenece a uno de los géneros literarios que más me han gustado siempre: el terror.

 

¿Cuál ha sido mi sorpresa al ver que de ningún modo calificaría esta obra en semejante género? Pues me ha sorprendido, no lo voy a negar, la premisa parecía ser perfecta para una historia de este tipo pero el autor mantiene su estilo y lo impregna en cada página pero para nada se trata de una obra terrorífica.

 

Tras haber leído su otra obra más famosa, La letra escarlata de la que os dejo reseña, no me ha sido inesperada la belleza de la escritura de Hawthorne.

Leería cualquier obra suya tratase de lo que tratase.

 

“…¿Por qué los poetas escogen tan a menudo a sus almas gemelas, no por afinidad con sus habilidades poéticas, sino por cualidades que podrían hacer feliz al más tosco de los artesanos así como al más perfecto artista del espíritu? Porque, seguramente, por su elevada condición el poeta no necesita las relaciones humanas, pero encuentra aburrido descender y ser un extraño…”

 

Es un autor con una prosa pausada pero deliciosa, lo que algunos lectores llamarían densidad con una carga de dejadez y pesimismo en su opinión, aquí me he encontrado pura celebración y goce para todo aquel lector que disfruta con la verdadera literatura.

Su brillantez radica en recrearse buscando la palabra perfecta más allá de utilizar la adecuada. Es minucioso en las descripciones y retrata a la perfección el costumbrismo que nos relata.

 

Más allá de la importancia de la historia que está contando, está el como lo está haciendo y quienes no están haciendo.

 

El lector que busque una obra cuyo objetivo sea la lectura liviana y la acción como motor central del argumento que abandone y tenga a este autor como causa perdida.

Esta es una declaración de intenciones, Nathaniel Hawthorne no es un autor para todo tipo de lector, y esto es importante tenerlo en cuenta para evitar cualquier desengaño antes de tiempo.

 

 

 

La historia se sucede en una ciudad de Nueva Inglaterra en la antigua casa Pyncheon llamada La casa de los siete tejados donde hay una confrontación por los terrenos de la casa entre el coronel Pyncheon y Matthew Maule, este último murió ejecutado por un crimen de brujería, pero el hechicero tuvo unas últimas palabras hacia el coronel antes de morir:

 

“…¡Dios le dará sangre para beber!...”

 

El coronel perece ¿de muerte súbita? Y no son pocas las voces que se alzan en si fue o no su muerte una consecuencia de alguna extraña circunstancia. A partir de aquí encontraremos nuevos habitantes en la casa donde resalto los personajes de Hepzibah y su prima, alguien contrapuesto a ella y tan llena de esperanza, Phoebe.

 

Son tantas las reflexiones que el autor es capaz de mostrarnos en multitud de momentos dentro del relato más allá de la línea que sigue la historia que me fascina como logra unirlos y dejarme embaucada página a página. Especialmente me ha gustado en esos momentos donde brilla la melancolía, la soledad y la reflexión sobre lo breve de nuestra existencia y la culpabilidad de la oportunidad perdida.

 

“…A Hepzibah, la casa jamás le había parecido tan lúgubre como en el momento en que se dispuso a cumplir con esa desdichada petición. La vivienda tenía un aspecto extraño. Mientras avanzaba por los pasillos desgastados por las pisadas e iba abriendo, abstraída una puerta tras otra, y mientras ascendía por la ruidosa escalera, iba mirándolo todo con nostalgia. A su mente inquieta no le habría resultado asombroso que detrás de ella se hubiera oído el roce de las vestiduras de los muertos, ni que en el rellano del piso siguiente hui eran estado esperándola seres de pálidos rostros...”

 

Hawthorne me ofrece con esta segunda obra, La casa de los siete tejados, una nueva oportunidad para enamorarme de su prosa y atraparme en la vibrante atmósfera que recrea. Quienes disfruten de la buena literatura sabrán apreciar su buen hacer como escritor. Es sin duda, una verdadera delicia poder leerle.