domingo, 2 de octubre de 2022

GHOSTLAND, Pascal Laugier

 


GHOSTLAND

Pascal Laugier

Terror

2018

 

 

SINOPSIS:

Una madre y sus dos hijas heredan una casa de un familiar con el que tenían poco trato. Ya antes de que caiga la primera noche en dicha casa, aparecen unos asesinos y la madre se ve obligada a luchar para salvar a sus hijas.    

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

Antes de comenzar a adentrarme en la reseña de esta película, debo haceros varias advertencias. En primer lugar, no os podéis fiar de su sinopsis ya que podría parecer la de cualquier película random de terror más y solo por esto tanto los amantes del género como los que no lo son y lo ven puntualmente, podrían dejarla pasar cometiendo un terrible error. Segundo, su director es el mismo que el de la icónica Martyrs. Tercero, estamos hablando de una de las mejores películas de terror de los últimos años. Cuarto y último punto, no sigáis leyendo nada más hasta que la veáis. Cuanta menos información tengáis a la hora de enfrentaros a esta experiencia, más enriquecedora e impactante se os hará.

Si seguís leyendo doy por hecho que ya la habéis visto. Escribo estas líneas después de haberle dado un segundo visionado y no podía imaginarme lo enriquecedor que ha sido. Me ha permitido disfrutar incluso más de lo que lo hice la primera vez y así poder darme cuenta de las múltiples lecturas que tiene esta historia y el mimo y el cuidado que ha puesto Laugier tanto en la escritura como en la dirección.

Nada más comenzar, nos encontramos el nombre, la fecha de nacimiento y defunción y una línea de admiración a cargo de Elisabeth Keller: “Formidable escritor de terror” de uno de los escritores más famosos e importantes de la literatura: H. P. Lovecraft, que tendrá un gran peso en la historia porque lo tiene en una de sus protagonistas, Beth, que no oculta la gran admiración que tiene por su obra. Desconociendo el apellido de Beth, doy por hecho que es Elisabeth Keller. Curioso que nada más aparecer la transcripción de la cita sobre el autor, suene el ruido de un folio al sacarlo de una máquina de escribir. ¿Terminaba una historia o la estaba empezando?. A esto le encontraréis sentido cuando terminéis de leer la reseña. Como repetiré más adelante, los detalles son muy importantes en esta historia. 



Como he comentado al inicio, por su forma de comenzar la narración, parece que vamos a ser testigos de una historia de terror de slasher más, donde tenemos unas protagonistas femeninas, jóvenes y donde unos asesinos persiguen, acosan, torturan y matan a sus víctimas. Pues si la premisa con la que contábamos era la de una cinta de terror más, no podríamos estar más equivocados.

Durante toda la película, ya desde el inicio y las propias palabras de Lovecraft, Laugier, nos va a dejar a modo de easter egss, como mensajes ocultos, algunos más evidentes que otros, por donde va a ir la trama, o que podría estar pasando no inmediatamente a continuación, sino en el devenir de la historia.

Es muy interesante la planificación de estos detalles porque en un segundo visionado ha sido emocionante como todo le daba un nuevo sentido a algo que ya creía haber visto y entendido. Por ejemplo el detalle de la noticia de los secuestradores en el periódico que encuentra Beth en la gasolinera, la escena donde Beth escapa de su captor y vemos en un ángulo un pinocho, los espejos trucados, la propia aparición de Lovecraft, o la máquina de escribir entre otros muchos. Insisto en que la película está plagada de ellos.

 


Algo que destaca de la narrativa del director que también escribió el guión, es que tal como se describe en uno de los contenidos extras de su edición física, confiesa que lo terminó en un proceso muy duro a nivel personal, y es algo que fácilmente podemos detectar a lo largo de toda la trama. Los personajes están muy bien desarrollados porque su psicología es imprescindible para que conecten entre sí y tenga sentido el laberinto emocional en el que vamos a ser absorbidos. Especialmente ocurre con Beth que va a ser el vórtice donde catalice absolutamente todo.

Precisamente Beth es el personaje que más me interesa analizar. Es una joven introvertida, con un amplio y vasto mundo imaginario donde siente que precisamente ese es un espacio seguro y donde puede resguardarse y protegerse cuando lo necesita de la realidad. Además requiere y necesita la sobreprotección que le ofrece su madre y justo le sucede lo contrario que a su hermana, que es una adolescente más convencional y que ve esa fascinación por la literatura y ser escritora como algo malo en su hermana y como su progenitora muestra un favoritismo que no es equitativo en favor de Beth, por lo que la relación entre las dos no deja de ser tensa. Una diferencia de caracteres que termina dando lugar a lógicos conflictos familiares.

La intrusión nocturna dentro de la casa con los agresores, es uno de los momentos más angustiosos que vamos a padecer en la película como espectadores. Todo sucede con rapidez y con extrema violencia.

Prácticamente en los primeros veinte minutos nos encontramos con lo que será el primer giro de la película y que da al espectador un corte brusco en esa escena de la intrusión a la que hacía referencia anteriormente. Nos encontramos con una Beth adulta, donde han pasado varios años, siendo una escritora de éxito con una vida personal de ensueño y sus objetivos vitales cumplidos. Exitosa, deseada y empoderada. Un mundo idílico que pronto tornará en prosaico. Hay varios detalles que parece imposible que el espectador no reaccione a ellos, como por ejemplo que la madre tenga el mismo aspecto tras haber pasado bastantes años, pese a no precisarlos, al menos una década, algunos elementos como la sempiterna cerveza y los dulces, o el comportamiento enloquecido de su hermana, una vez Beth regresa a la casa.

Si somos observadores veremos en muchos elementos en distintos escenarios de esa vida magnifica de Beth que estarán constituidos de objetos que ya hemos visto anteriormente. Ha reconstruido una realidad en la que se siente segura a partir de elementos que le son cercanos e importantes para ella.

La historia nos muestra una dualidad, dos formas de poder enfrentarnos a un problema, asumiéndolo y enfrentándose a él o encerrarse en uno mismo, dejándose arrastrar por el devenir de los acontecimientos.

Ese rico mundo imaginario donde se refugia Beth resulta ser el plot twist menos esperado en el espectador, pero que tiene toda lógica teniendo en cuenta su personalidad y que no ha sido capaz de superar el shock post traumático de haber visto luchar hasta la muerte a su madre y haber sido salvajemente asesinada tras ello, quedando tanto ella y su hermana a mercedes de dos intrusos tan enloquecidos como dementes.

Pascal Laugier reitera aquí algún recurso que ya utilizó en Martyrs, además de tener como protagonistas a mujeres que sufren las torturas más despiadadas y crueles, donde el horror que le produce al espectador es indescriptible. Aquí si he notado cierta contención en la violencia, salvo en algún momento, especialmente en la escena del allanamiento, donde concentra gran parte de momentos tan inesperados como impetuosos cuya dureza  podría haber sido más cruda de la que se nos muestra en pantalla. Pienso que es algo deliberado y que ha moderado el tono a conciencia.

Hay un cuidado de la estética especialmente de la casa dándole un toque muy inquietante con toda esa colección de muñecas de aspecto lúgubre y sombrío. Además lo complementa con una creación de atmosfera tan perturbadora como tétrica.

No puedo dejar de pensar en la escena final donde las hermanas son socorridas por las dependencias policiales y tratadas por el personal médico y vemos la máquina de escribir tirada sobre el césped. Si enlazamos esta imagen con las últimas palabras que dirige Beth a su interlocutor, nos hace preguntarnos, si todo ha sido una invención, si la invención la hará a partir de ahora para reconstruir su relato, o si solo ha ficcionado varios momentos. Las teorías son múltiples y todas parecen ser válidas con lo que le otorga un toque de genialidad a la película, brindándole al espectador un nuevo y último giro argumental.

Si pensamos en la violencia con la que entraron en aquella casa y su aspecto físico una vez son secuestradas y torturadas, no concurerda con la mínima violencia que se nos retransmite, muestran señales de abuso pero no somos testigos. ¿Es parte de la invención?, ¿es una forma de rebajar la violencia al espectador?. ¿Lograron realmente huir de sus captores o esta Beth volviendo a escapar de su realidad?. Cuanto más lo pienso más fascinante me parece la la concepción de la idea y su puesta en escena.

 

“Tu mundo es perfecto. El sueño más bonito en el mundo más bonito”

 

En resumen, el compromiso que el director le hace tener al espectador obligándole a estar atento en todo momento y sorprendiéndole de forma constante, hacen de Ghostland una película completamente imprescindible para el género. Una absoluta genialidad.

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