PASSENGERS
Nota: 5/10
No voy a negar que tenía sentimientos encontrados antes de ver la
película. Por un lado pertenece al género de la ciencia ficción y por lo tanto
junto con el género de terror siempre están por encima en mi lista de
prioridades con respecto al resto y por otro lado esta Jennifer Lawrence. No
voy a esconder la poca simpatía que le tengo pero lo que más me puede fastidiar
es lo mala actriz que llega a ser y lo dada que es a sobreactuar.
Con mis ganas y prejuicios a la par empecé el visionado llevándome una
grata sorpresa. La premisa me interesaba. Y mucho. Un viaje espacial durante
más de cien años hacia una nueva colonia: Homestead II en la nave Avalon. Toda
la tripulación y los pasajeros viajan dormidos en capsulas de hibernación hasta
días antes de la llegada hacia su destino, pero algo empieza a fallar y uno de
ellos se despierta antes de tiempo.
Ahí es donde el personaje interpretado por Pratt comienza su verdadero
viaje, descubriendo cada rincón de la nave y encontrándose con una soledad que
jamás habría imaginado. Es esa primera parte de la película lo que más me ha
gustado. Esta es la parte de la
incertidumbre, la sorpresa y el miedo por descubrir que no podía revertir su
situación y que moriría antes de llegar al destino para el que se
había embarcado. Pratt desprende un carisma propio de las estrellas de Hollywood
y es imposible no empatizar con él y dejarte llevar por la situación tan
desventajada de su personaje.
Justo conoce a un personaje secundario y algo desaprovechado para mi
gusto interpretado por un excelente Michael Sheen donde hace de un
robot/camarero dando lugar a charlas que aunque podrían haber sido mucho más
interesantes dinamizan mucho el día a día en la nave. Y sinceramente, ansiaba
una nueva aparición más cada vez que su intervención finalizaba.
A partir de aquí seguiré comentando la película y puede contener algún SPOILER de la misma.
La segunda parte comienza con la entrada de un nuevo personaje encarnado
aquí por Lawrence. El personaje de Pratt no deja de albergar una idea remota.
¿Y si despertase a alguien más? Aquí se plantea un dilema moral más que
interesante pero que aquí no lo abordan con demasiada profundidad. Como el tono
general de la película es bien ligero tampoco se detienen mucho en decantarse
por discursos con demasiada carga filosófica. Uno de los errores más graves del
guión.
No es el peor trabajo de Lawrence pero su incapacidad para demostrar
emociones en su rostro es claramente preocupante teniendo en cuenta su posición
en la industria y que haya cobrado más de 20 millones de dólares por hacer esta
película no ayuda precisamente a intentar entender como la contrataron y por
que.
El supuesto elemento sorpresa torna en la tercera parte, una vez que
Lawrence es conocedora de la tetra a la que ha sido sometida y con ambos
totalmente distanciados en la vida a bordo de la Avalon. Es aquí cuando todo se
vuelve predecible y esa esperada vuelta de tuerca no llega a producirse.
Si el guión termina
siendo flojo en su mitad y menos brillante de lo que se espera en los diálogos,
su diseño de producción es un verdadero lujo. Cada espacio de la nave es para
admirar indefinidamente y es sin duda lo mejor y más atractivo de toda la
película. Ese contraste entre relato
de ciencia ficción y drama romántico no me ha llegado a convencer, entre otras
razones por la falta de química del dúo protagonista. La parte en la que los
dos flirtean e intentan forzar ese romance resulta tan poco creíble que de
nuevo va en detrimento de una historia que podría haber sido muchísimo mejor.
Es una pena que uno de los guiones que ha dado más vueltas y que engrosaba la
“black list” y que ha terminado contando con un presupuesto de más de 150
millones de dólares, no resulte más que un producto entretenido si el
espectador es lo suficientemente paciente y poco exigente con lo que está
viendo. Podría haber sido mucho mejor teniendo en cuenta las últimas
películas que ha dado la industria sobre el espacio y con joyas como
Intersttellar o Gravity. Me quedo con el diseño de la nave, los efectos
especiales, una primera parte prometedora y un Pratt convincente.
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