TITULO: El animal moribundo
AUTOR: Philip Roth
EDITORIAL:
Random House Mondadori
GENERO: Erótico
EDICION: Bolsillo (tapa blanda)
AÑO: 2012
PAGINAS: 120
VALORACION: 1/5
SINOPSIS:
“No importa cuánto sepas, no importa cuánto
pienses, no importa cuánto maquines, finjas y planees, no estás por encima del
sexo.”
Así habla David Kepesh, reputado crítico cultural,
profesor estrella de una universidad neoyorquina y también elocuente defensor
de la revolución sexual. Hace décadas que se ha acostumbrado a acostarse con
alumnas y a la vez mantener la distancia crítica de un esteta. Pero ahora esa
distancia ha sido aniquilada.
La responsable del desmoronamiento de Kepesh es
Consuelo Castillo, una mujer de veinticuatro años, hija de ricos exiliados
cubanos, de modales refinados y humillantemente bella. Cuando Kepesh, de
sesenta y dos, la convierte en su nueva conquista, se ve arrastrado
inesperadamente al oscuro lodazal de los celos y el miedo a perderla.
OPINIÓN
PERSONAL:
Ya nada me impresiona. Ni premios, ni menciones,
ni puntuaciones… después de leer esta novela no. A veces este tipo de referencias no ayudan mucho cuando se decide apostar por una novela o un autor.
Los motivos que me han llevado a esta lectura han sido básicamente, (aún sin
saber nada de la historia), la de poder conocer a su autor. Philip Roth es un escritor muy reputado, alabado por la crítica y que entre otros premios ha sido ganador de un pulitzer.
Su forma de escribir es lo primero que me ha desconcertado. Pensaba encontrarme a un escritor brillante, lo que no me esperaba en absoluto es que fuese tan vulgar. He encontrado esa vulgaridad en expresiones, en la forma de narrar sus encuentros íntimos, en cómo ve a las mujeres, en como ve a Consuelo, la co-protagonista de la historia.
Cuando en su momento leí a Sade ya era conocedora de su forma de escribir
y del tema del que tratan sus escritos, y cuando he leído otros libros de
literatura erótica sabía qué estaba leyendo. Incluso la tan críticada saga de
Grey, me ha parecido más digna que esta novela. Lo que quiero decir es que no me ha disgustado que el sexo esté tan presente a lo largo de toda la novela, siendo casi protagonista de la misma, sino de cómo es tratado, bajo qué mirada esta contada la historia. Y esa mirada no me ha parecido limpia.
Desde el primer momento me he sentido dentro del
personaje principal y narrador de su historia: David, un profesor que da un
seminario de escritura crítica llamado “Crítica práctica”.
Pues bien, nos cuenta como a sus 62 años, le gusta
dar una fiesta después de dicho seminario para encontrar a la chica con la que
mantener relaciones. Él explica esto último con un resumen de un relato de Mark
Twain. Sólo puedo decir que leer lo que este personaje piensa y siente de las
mujeres me ha parecido denigrante.
Aquí se encuentra con Consuelo Castillo, una chica de
24 años, alumna suya y de ascendencia cubana que le cautiva. Aquí no
encontraréis una historia de amor. Esta es una oda al deseo de este hombre por aquello que le produce placer visual. He perdido la cuenta de las veces que habla de la perfección de los senos de Consuelo. No hay mucha diferencia entre la mente de este hombre de 62 años y un chico que ha alcanzado la pubertad. Con eso lo digo todo.
En mitad de la fiesta sucede lo que él
llama “los velos de la danza”, es decir, todo aquello que se le está pasando
por la cabeza cuando está intentando seducir a Consuelo y lo harto que está de
escucharla cuando lo único que desea es y os cito textualmente:
"...Quiero follarme a
esta chica, es cierto, tendré que aguantar cierta clase de velo, pero es un
medio, no un fin..."
Es muy explícito en algunos episodios de su relación, en especial
hay un momento con Consuelo al que él llama “la dentellada” que no voy a comentar.
Se deleita en cantidad de párrafos en comentar lo
mucho que le gusta el cuerpo de Consuelo, dedica párrafos a sus partes íntimas. Y no es que de pudor leerlo, es que me ha llegado a repugnar, no en sí por lo que contaba, sino a través del personaje que lo hacía. Alguien a quien no me gustaría conocer, pero me ha parecido un hombre que se me antoja demasiado común.
Hay otros personajes que aparecen como Carolyn
Lyons, a la que él califica como “amante sensual, experta y atenta”, con la que
mantiene relaciones de forma regular y a la que miente descaradamente. Su
íntimo amigo Goerge y su hijo Kenny.
Lo que ha colmado mi paciencia como lectora, ha sido los pensamientos de David tras el encuentro final con Consuelo cuando vuelve a llamarlo. Esa noticia y él sólo pensando en la perfección de sus senos....
“…La gran broma que te
gasta la biología es que llegas a la intimidad antes de saber nada de la otra
persona. En el momento inicial lo comprendes todo. Al rpincipio cada uno se
siente atraído por la superficie del otro, pero también intuye la dimensión
total. Y la atracción no tiene que ser equivalente: a ella le atrae una cosa, a
ti otra. Es superficie, es curiosidad, pero entonces, zas, la dimensión….”
Esta novela cuenta con adaptación cinematográfica
de la mano de Isabel Coixet.
En resumen diré que he sentido repulsión a este personaje y a la historia que cuenta por sus opiniones y su forma de hacer. He leído otras novelas eróticas y esta es la peor con diferencia. Una historia con tintes de misoginia y de desprecio donde se ensalza sobre todo el placer propio por encima de todo.
LO MEJOR: Que después de su
lectura no volveré a leer nada de este autor.
LO PEOR: Su forma de escribir:
simple, basta, vulgar. La historia y muchos de sus pasajes que me han parecido
denigrantes. Los párrafos donde cuenta momentos de sus relaciones con Consuelo.
Las reflexiones que hay en el libro. El libro en sí.