TITULO: Diario de un incesto
AUTOR: Anónimo
EDITORIAL: Malpaso
GENERO:
Drama/Biografía
EDICION: Tapa dura
AÑO: 2017
PAGINAS: 127
SINOPSIS:
La autora de estas páginas fue violada
regularmente por su padre a lo largo de la infancia y la adolescencia. Bajo la
capa de una plácida vida familiar se ocultaba el secreto.
Esa relación se prologaría después en esporádicos
encuentros acuciados por el miedo y el deseo; la víctima, ya dueña de su
destino, siguió buscando nuevas versiones de la violencia que intentaba dejar
atrás.
Este texto podría parecer un sobrio relato de
hechos desgarradores, pero es algo más. El impacto de su lectura podría
llevarnos a pensar que la narradora se limita a describir el horror desde una
distancia gélida y a plasmarlo sin bálsamos o artificios, pero hay mucho más.
OPINIÓN
PERSONAL:
Hay ciertas publicaciones que inmediatamente los
adjudico en la categoría de
historias que cuestionan la ética y la moral. En este caso, desde el primer momento que supe
de este libro sabía que entraría directo a dicha categoría.
Una anotación que he de hacer aunque creo que es
una observación bastante lógica, es que tanto dentro de las páginas de este
diario como en esta reseña encontrareis pasajes con contenido que puede ser
molesto para determinadas sensibilidades. Aunque insisto que simplemente con el
título del libro es bastante obvio de qué vamos a hablar aquí.
Al comenzar, en una nota que la autora adjunta
previo al comienzo del diario nos relata como a fin de proteger su intimidad ha
decidido no poner su verdadero nombre y que a pesar de cambiar algunos detalles
no ha cambiado la esencia de los hechos.
He de confesar que no me resultaron extrañas las
motivaciones de la autora al respecto de guardar su privacidad bajo el
anonimato previendo lo que iba a leer, pero cuando me he adentrado en su
lectura la duda me ha asaltado en más de una ocasión sobre si lo que estaba
leyendo ha ocurrido realmente o ha resultado fruto de la ficción. Como lectora
esto no supone diferencia alguna ya que una vez comienza la lectura, lo que leemos
nos pertenece de alguna forma, lo hacemos nuestro y las experiencias o las
motivaciones de sus autores quedan en un segundo plano. Simplemente lo dejo
como una simple anotación.
El libro tal y como consta en su título se nos
muestra a modo de entradas de diario, sin ninguna conexión entre los párrafos
ni tan siquiera en el tiempo. Esto no entorpece la lectura ni la hace caótica
pese a que lo pueda parecer, de algún modo es como si estuviésemos rebuscando
entre los recuerdos de alguien viajando en el pasado entre fechas sin relación
entre sí, pero que nos hace conformarnos una visión bastante clara de la
naturaleza humana de este personaje.
Hay una referencia clara llena de rabia y dolor
cuando se habla de la familia de nuestra protagonista. Lo interesante no es como
nos muestra la oscuridad de los hechos que propiciaba su padre, sino la que se
cernía sobre ella. Aquello en lo que la obligaron a convertirse a pesar de que
más allá de sentirse una víctima, se sintiese un monstruo. Es justo en este
punto donde el relato se vuelve más interesante e invita al debate.
“Nunca nos besábamos. Aquella noche no nos besamos,
como tampoco nos besábamos cuando era adolescente, o cuando tenía once, diez,
nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro o tres años. Nunca me metió la lengua
en la boca”
Una vez lees ciertos pasajes es imposible seguir
leyendo sin parar a reflexionar. Te obliga a hacer un alto y pensar sobre lo
leído.
Los momentos en los que habla de su madre o del
triángulo que se formó con ella en uno de los vértices son especialmente duros.
Hay momentos que pueden resultar incoherentes o imposibles por cómo se hace lo
impensable por logran la normalidad y que quede instaurada de nuevo en la
familia pase lo que pase.
“Cuando un animal siente miedo, siempre regrea a su
hogar, por muy espantoso que este sea”
La prosa de la autora es desnuda y sin florituras.
Muestra los actos más violentos y pornográficos sin atisbos de recargamiento.
Hay crudeza en su relato y brutalidad en sus exposiciones.
Justo se establece un vínculo de intimidad con el
lector. Hay una conversación directa, la narración en primera persona y la
sensación de invadir la confianza que supone la estructura de diario elegida
aproximan a ambas partes a modo de confesión.
“Recuerdo aquellos días oscuros llenos de luz en los
que mi padre me follaba cuando llegaba de clase… (…) …Recuerdo los sonidos que
hacía. Su respiración, pesada y rápida, procurando no hacer ruido, procurando
no hacer ruido mientras se le ponía tan dura que no le quedaba otra, no le
quedaba más remedio que restregársela entre mis muslos. Recuerdo sus gemidos
bajos…”
Hay cierto pasaje muy interesante donde filosofa
sobre las disecciones del lenguaje, “la idea de que la moral no era más que un
constructo. Si el bien y el mal intrínsecos no existían, entonces lo que me
había sucedido era algo de lo que podía escapar por medio del pensamiento”
Estamos
ante una crónica cruda, violenta e intensa sobre los abusos y el sometimiento
de un ser humano sobre otro. Provocará el asco, la (in)comprensión y el debate.
Nadie que se adentre entre sus páginas permanecerá ileso ni puede volver a ser
el mismo. Puedo corroborar que se encuentra en la lista de los libros que
cuestionan la ética y la moral.