TITULO: Ahsoka
AUTORA: E. K. Johnston
TRADUCTORA: Gema Bonnín Sánchez
EDITORIAL: Planeta
Comic
GENERO: Ciencia Ficción/SW
EDICION: Tapa blanda con solapas
AÑO: 2018
PAGINAS: 276
PUNTUACION: 4/5
SINOPSIS:
Los fans llevan tiempo preguntándose qué le ocurrió a
Ahsoka después de abandonar La Orden Jedi durante el fin de Las Guerras Clon y
antes de reaparecer como el misterioso operativo Fulcrum en Rebels.
Al fin, su historia será contada. Siguiendo sus
vivencias con los Jedi y la devastación provocada por la Orden 66, Ahsoka
siente que no podrá formar parte de otra alianza nunca más. Pero su deseo de
combatir el mal del Imperio y proteger aquellos que lo necesitan.
OPINIÓN PERSONAL:
Esta historia arranca con un flashback del pasado
donde vemos a Ahsoka en plena acción en un combate contra Darth Maul. Así de
contundente empieza Johnston un proyecto muy esperado por los fans de Star
Wars. ¿Quién no ha querido descubrir más sobre la aprendiz de Anakin Skywalker?
Ahsoka es un personaje admirable, fiel a sí misma y a sus principios, pero de la que no habíamos tenido noticia
aparte de su incursión en Clone Wars y Rebels. Por fin nos traen esta novela
que sirve de engranaje perfecto entre ambos, con guiños y referencias
constantes.
A lo largo de la narración nos iremos encontrando con
otros flashbacks. Algo que han querido cuidar en esta edición resaltando las
hojas de un color más oscuro para poder diferenciarlas de la línea temporal con
respecto a la historia principal. Lo curioso es que no todos los flashbacks
estarán protagonizados por Ahsoka, conforme vamos avanzando en la lectura
iremos encontrando más de una sorpresa dentro de estos “viajes al pasado”
(atención especial al dedicado a los cristales. Pura poesía).
“-¿Dónde está tu ejército, dama Tano?
_pregunto él cuando la oyó llegar.
-Ocupado derrotando al tuyo –contestó ella,
esperando que fuera cierto”.
La presencia de Maul es breve pero suficiente para
imponer al lector con su presencia. Y empezar con un hype desmedido, para que
negarlo.
Ahsoka vivía en el Borde Exterior, lugar preferido
para vivir sin llamar demasiado la atención. El lugar elegido fue el planeta
Thabeska. Por razones obvias tuvo que optar por un cambio de nombre: Ashla.
A pesar de haber abandonado el Templo Jedi, Ahsoka seguía
pudiendo usar la Fuerza. La sentía y le fluía en su interior.
Se encontraba en un día muy especial para muchos, el
día del Imperio. Un día para conmemorar el orden y el nuevo gobierno del
Emperador Palpatine.
El Imperio aún era joven con tan solo un año en el
poder. Mientras tanto Mandalore había ardido hasta los cimientos. Había llegado
hasta allí con un ejército y una misión. Es algo que no deja de trastornarla
constantemente. Durante toda la historia vamos a sentir como Ahsoka añora el
tener a su lado la presencia de su maestro Anakin y los consejos que este
pudiese brindarle.
En su nuevo escondite tomó contacto con el clan Fardi,
una familia local, pero tardó poco en marcharse. Tuvo que escapar de nuevo. La
oportunidad le llevó a Raada una ciudad olvidada por los pocos recursos que ofrecía,
solo era interesante por ser una fructífera comunidad agrícola. Se le antojo que
era un destino ideal para ocultarse durante un tiempo. Allí conocerá a un grupo
en el que se apoyara para conseguir un lugar donde resguardarse y alimentos a
través de Kaeden y otros amigos de esta. Se hace pasar por una reparadora de
droides y maquinaria varia.
“La Fuerza siempre formaría parte de ella,
hubiera recibido adiestramiento o no, del mismo modo en que formaba parte de
todas las cosas. No podía eliminar las partes de sí misma que eran sensibles a
ella, del mismo modo en que no podía respirar por una vía equivocada. Su
autoridad se había perdido, pero su poder permanecía”.
Interesante es ver cómo debe estudiar el entorno para
ocultarse entre todos y no ser localizada o ser sorprendida mientras en alguna
ocasión utiliza la Fuerza.
Nos introducen a un personaje, un oficial imperial
llamado Jenneth Pilar, antiguo bróker que asaltaba planetas para poder
suministrar al Imperio de los objetos de confort y comodidad que necesitasen.
Sabía que sólo debía seguir instrucciones del Imperio para mantener la
estabilidad y tranquilidad que deseaba. Se le encomendó una nueva misión ya que
el Imperio necesitaba un planeta para la producción de alimentos. Para ello
debía supervisar la ocupación de Raada y la opresión de sus granjeros. Algo que
ocasionaría malestar entre la población del lugar. Ahsoka tuvo que mediar entre
sus nuevos amigos para liderar una resistencia organizada en la Rebelión de
Raada.
Uno de los mejores momentos de la narración es cuando
accedemos a los pensamientos torturados de Ahsoka. Comprobar como se
martirizaba sobre los motivos que le habían llevado a sobrevivir a la Orden 66.
Sabía que la respuesta estaba en porque los había
abandonado y aquello la torturaba.
Sin entrar en revelaciones importantes, la narración
nos brinda momentos tan interesantes como el comentado anteriormente sobre la
culpabilidad permanente que siente Ahsoka sobre el abandono de la Orden, la
constante nostalgia que siente por Anakin, R2 y Obi-Wan, el momento dedicado a
la “falsa tumba” y su relación con la Fuerza. Por el contrario hay varios
momentos en los que se intenta incluir a otros personajes archiconocidos por
cualquier fan de la saga pero donde la autora los introduce a modo de nombramiento
sin tener ninguna participación en la trama como en los casos de Chewie o
Jabba. Algo que yo descartaría por completo si no hay motivo para su incursión
ya que a la historia en sí no le hace ninguna falta.
En resumen, me ha parecido una historia muy
entretenida, llena de guiños tendiendo un puente entre Clone Wars y Rebels,
donde se nos ofrece una mirada nueva hacia uno de los personajes más interesantes y especiales
que nos ha brindado este universo: Ahsoka Tano.