jueves, 16 de junio de 2022

MATHILDA, Mary W. Shelley

TITULO: Mathilda

AUTOR: Mary W. Shelley

TRADUCTOR: Juan Antonio Molina Foix

GENERO: Gótico

EDICION: Tapa blanda

EDITORIAL: Catedra

AÑO: 1959 (original obra) 2018

PAGINAS: 246

 

 

SINOPSIS:

Un relato sin duda marcadamente biográfico, que cuenta el lado oscuro de la historia de la propia escritora, fiel a la teoría romántica de que el mejor modo de expresar las pasiones es experimentarlas. Novela melancólica por antonomasia, Mathilda explora la naturaleza del pesar, el poder del amor, la destrucción como consecuencia de desafiar a la naturaleza, el perverso poder del deseo..

 

OPINIÓN PERSONAL:

Vengo a hablaros de una historia que su autora no pudo llegar a ver publicada en vida, teniendo que esperar más de 140 años desde que finalizó su escritura para ver la luz.

Parece ser que Shelley escribió un cuento corto (que a día de hoy no se conserva), pero que animada por su marido decidió reescribir para ampliarlo hasta llegar a ser una novela corta.

De todo el material que la autora dejo como manuscritos, tanto novelas como relatos, solo Mathilda está completa. Existiendo tanto el borrador como la copia final donde podremos encontrar mucho material autobiográfico y que justo cuando terminemos su lectura nos hará querer descubrir la vida tan interesante que tuvo junto a su marido y amigos literatos.

Hay que resaltar que escribió esta obra en un periodo de aceptación y de luto tras perder a dos de sus hijos: Clara Everina de un año y un año después a William de tres.

Se hace referencia al leiv motiv de la obra en cuestión y es la exposición de un trauma, donde lo que más resalta es el estado emocional del personaje protagonista, su evolución, delirio y eclosión final, más que la situación que se esté contando.

Dentro de la introducción hallaremos disertaciones muy interesantes acerca del manifiesto romántico,  la relación con sus padres, los toques freudianos de la obra, el clave fantasmal, el manuscrito varado o la caverna de Mary Wollstonecraft. Además de una cronología muy completa y una bibliografía.

 

“Me encuentro en un raro estado de ánimo. Estoy sola… completamente sola… en el mundo… la calamidad y el infortunio se han cruzado en mi vida y me afectan; se ue estoy a punto de morir y me siento feliz… alegre.”

 

Un solo párrafo en la primera página de esta historia y ya podemos hacernos claramente una idea del pesar y el ánimo de nuestra protagonista. Nos va a hacer un relato desde la perspectiva de unas memorias. Es un espíritu atormentado que se encuentra en sus últimos momentos vitales.

Es una narración dirigida a su amigo Woodwille cuya verdadera intención se descubrirá en el tercio final, pero que su deseo es relatarlo como si su destinatario fuese un desconocido.

Mathilda pierde a su progenitora antes de poder recordarla siquiera y no solo ha de contar con la perdida de uno de sus padres sino que al perder a su esposa se ve completamente perdido al ver marchar para siempre a su compañera y al amor de su vida tan solo quince meses después de su boda y apenas unos días después de dar luz a Mathilda.

Su padre siente que debe alejarse de aquella casa y aquella niña que tanto le recuerdan a su mujer, dejando el cuidado de la menor con su tía, que deja  Inglaterra y se marcha a Escocia a vivir y con la que tendrá un desapego emocional que le pasará factura posteriormente.

A pesar de la actividad nómada de su padre, Mathilda idealiza su figura siendo una niña tremendamente soñadora y se aferra al recuerdo de sus padres aun siendo consciente de que no vería más a su madre y que era difícil que su padre regresase.

 

“En los años de mi infancia que pueden dejar claro que vacía va a estar cualquier vida cuando se frustra una esperanza; y cómo, cuándo se malogró el único afecto que me permití abrigar, con él se extinguió mi existencia”.

 

Mary Shelley posee una prosa delicada, de elevado conocimiento cultural y descripción refinada.

En su narrativa veremos diversas constantes como la del papel preponderante que tiene en todo momento el paisaje que la rodea. Hay una constante tensión y duelo entre la naturaleza y el propio espíritu de la naturaleza humana.

Hay una mezcla con una combinación perfecta de nostalgia, melancolía y terror. Es tan difícil que un autor logre crear una atmosfera que llegue a traspasar al lector, que aquí Shelley lo eleva a su máxima potencia. Cada página está impregnada de una melancolía que pesa, un sentimiento de luto hacia la propia existencia y el poder del amor y del deseo, llevando al personaje de Mathilda de la fantasía a la realidad en su etapa infantil al abandono de la soledad en su edad adulta.

La obra abarca numerosos temas, algunos muy controvertidos como el incesto, la depresión o el suicidio. Además hay un sentimiento constante de Mathilda hacia esa mezcla de sufrimiento y goce a la que es adicta. Estamos ante una historia de ficción que bordea entre el gótico y el romántico pero logrando llevarlo hasta los extremos emocionales de la relación paternofilial, con esa dependencia de un protector masculino que la salve en todo momento.

Su relación con la escritura después de la perdida de sus hijos fue como una catarsis donde encontrarse cara a cara con el dolor, la emoción y su propio duelo. Fue su forma de sobrellevar el luto.

Ante los siempre insistentes rumores que rodean a esta historia cerciorando que está basada en la propia relación que tuvo con su padre, decir que son solo eso, rumores que rodean a una obra para ensalzar su misterio. Esta no lo necesita, se basta a si misma para demostrar su grandeza literaria.

 

“No sabemos lo que todo este vasto mundo significa; esa extraña mezcla del bien y del mal. Pero fuimos colocados aquí y se nos ordena vivir y esperar. No sé lo que tenemos que esperar, pero hay un bien que no alcanzamos a ver y debemos buscarlo, esa es nuestra tarea en la tierra.”

 

En resumen estamos ante una obra breve en cuanto a su extensión pero que no riñe con su excelente calidad literaria y con una prosa cargada de belleza y llena de una pasión contenida y una oscuridad que logra penetrar en el lector desde el arranque de su lectura. Shelley logra crear una potentísima atmosfera de agonía romántica exponiéndonos una pulsión controvertida. De mis mejores lecturas del año. Recomendadísima.

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