VENECIAFRENIA
Alex de la Iglesia
Terror/Slasher
2021
SINOPSIS:
Un grupo de turistas españoles, viajan a Venecia con la intención de divertirse, ajenos a los problemas que les rodean. Allí se verán obligados a luchar por salvar sus propias vidas.
OPINIÓN PERSONAL:
Tener disponible un nuevo proyecto de Alex de la Iglesia, un cineasta cuyas propuestas siempre son interesantes por su vinculación al género fantástico y de terror, es siempre motivo de satisfacción cinéfila.
En esta
ocasión nos ofrece su
particular visión del subgénero slasher en una versión algo desquiciada y
frenética con una Venecia cuyo telón de fondo que es sin duda la verdadera protagonista de la
historia.
Esta es la
primera película de un acuerdo entre varias productoras como Amazon y Sony para
un proyecto llamado The fear collection donde habrá películas
homenajeando al género de terror. Como lo que el propio De la Iglesia comento
en una entrevista al respecto “era una excusa para hacer películas de terror
todo el rato” y apostar como base “por el género de terror puro”.
El guión que es del propio De la Iglesia y de Jorge Guerricaechevarría nos propone durante los 100 minutos aproximados de duración de la cinta, como baza de partida un viaje de un grupo de adultos que se van de vacaciones con la excusa de una despedida de soltera a uno de los destinos más conocidos y transitados del mundo: Venecia. La propuesta visual es tan bella como perturbadora.
Justamente consiguen lo contrario de lo que se llega a criticar en la película que es ese flujo excesivo de tránsito de viajeros, porque el retrato que se hace de la ciudad es el mejor reclamo turístico posible. Se contempla belleza en cada plano de la película.
He
especificado anteriormente lo de “grupo de adultos” porque veo más
identificados a perfiles de adolescentes en películas del género de los
noventa/dosmil que a adultos propiamente dicho en los perfiles del grupo
protagonista. Me ha traído reminiscencias a lo que ya se intentó en su momento
en la industria del cine español de emular a películas del género que copaban
las taquillas de medio mundo como El arte de morir.
No tanto en el fondo o las formas sino en la intencionalidad de conseguir
implantar ese subgénero dentro de nuestra industria nacional de cine.
Dos aspectos técnicos a tener en cuenta y a resaltar especialmente es la laboriosa tarea que han tenido en realizar los títulos de crédito y el tiempo bien invertido en ello y la música tan protagonista como inquietante de Roque Baños. Así como el diseño de vestuario por lograr lucir esa estética tan marcada en la película y visualmente tan atractivo para el espectador.
En la parte
artística, del elenco actoral resalta especialmente Cosimo Fusco que realiza un trabajo excepcional y del grupo de
turistas destacan sobremanera Silvia
Alonso y Goize Blanco sobre el
resto.
Es una película que ha recibido numerosas críticas negativas y he de decir que pese a no ser el mejor trabajo de su director y estar muy alejado de sus obras magnas como La Comunidad o 30 monedas, es una película con la que he disfrutado mucho. Tiene inconvenientes en el guión pero como toda aquella película de terror del género que uno intente analizar detenidamente, pero esta propuesta está llena de acción, posee un ritmo equilibrado y te mantiene inquieto en muchas escenas donde De la Iglesia saca a relucir la violencia sin remordimiento alguno en escenas que uno contempla horrorizado.
Quizás habría demorado ese desenlace final hacia el último tercio de la película y hubiese desarrollado más esa parte de persecución y muertes tan propias del slasher, pero esto ya es una percepción propia.
En resumen, estamos ante el homenaje de Alex de la Iglesia al cine
de terror italiano y al Giallo propiamente, donde nos intenta mezclar
con dosis de humor, mucha
acción y sangre pero dándole su particular toque y haciendo una crítica feroz
al turismo indiscriminado y como queremos hacer nuestro todo aquello
por el simple motivo de que creemos que nos pertenece, y todo ello lo hace a la vez con el principal propósito
de la película: entretener.
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