TITULO: El demonio de Próspero
AUTOR: K. J. Parker
TRADUCTORA: Mª Pilar San Román
GENERO: Terror
EDICION: Tapa blanda con solapas
EDITORIAL: Red Key Books
AÑO: 2022
PAGINAS: 96
SINOPSIS:
Le enseñaron a ser el más rápido, hábil y letal. Puede olerlos, sentirlos… cuando un demonio anda cerca, no se le escapa nunca. Y en cuanto a los daños colaterales… bueno, eso no es culpa suya. Este es el protagonista de esta historia, un exorcista tremendamente eficaz y sin demasiados escrúpulos.
OPINIÓN PERSONAL:
K. J. Parker
tras más de 70 libros publicados intenta en esta ocasión hacernos filosofar
acerca del bien y el mal. Estamos ante el primer libro de
una bilogía, cuya segunda parte Inside
Man (título provisional) se publicará por esta misma editorial en
septiembre.
Nuestro protagonista narrador es un exorcista sin demasiados miramientos ni escrúpulos y que habla de forma muy clara y directa. Tal y como nos cuenta, él nació destinado a dedicarse a este menester en concreto.
“Hay gente que ante una crisis se siente impulsada a actuar con resolución. Yo me aturullo por completo, como un carro atascado en un barrizal: las ruedas giran y giran, pero no hay agarre”.
Nos relata
como su profesión le conlleva una existencia solitaria, una vida sin raíces ni
vínculos. Es frío en la ejecución de sus deberes y obligaciones y no duda en
emplear la violencia que se requiera para llevar sus misiones a cabo. Dentro de
su jurisdicción, son 109 los demonios que debe vigilar y luchar contra ellos.
Los resultados no siempre son óptimos, especialmente para los poseídos que en
muchas ocasiones pueden acabar en la propia muerte. Esto es algo que a nuestro
protagonista no le causa el más mínimo reparo. Hace lo que debe con las
consecuencias que conlleve. En el mundo fantasioso creado por Parker los
demonios son una realidad y toman la forma corpórea de los humanos sin ningún
tipo de distinción de edad.
Pese a ser una novela corta, el autor logra crear una interesante ambientación de la Europa del siglo XVI y XVII sin demasiados aderezos ni florituras narrativas pero si utilizando un lenguaje culto y refinado.
“Me siento culpable por no sentirme culpable”
Uno de los aciertos de esta propuesta es el empleo de la
locuacidad de nuestro narrador. La utilización continua de la ironía
tornándose a menudo por su oscuridad en sarcasmo hace que cuando habla de su
profesión o nos explica cómo funciona su gremio llegue a deleitar al lector con
su particular humor ácido.
La mejor parte está cuando se encuentra con Próspero de Schanz, un hombre muy inteligente que está poseído. Los diálogos entre el demonio y el exorcista conforman lo mejor de esta novela corta. Las reflexiones que promueven y la diatriba a la que se somete entre su falta de moralidad y el conocimiento de que debe cumplir con su cometido, es cuanto menos interesante. O expulsa al demonio poniendo la vida de la mente más brillante del mundo en riesgo o lo deja pasar cometiendo una anomalía en su misión.
“¿Cuál considera que es la mayor fuerza impulsora del bien en el mundo?
Creo que me
habría funcionado mejor como una narración más larga con un mayor desarrollo
del personaje principal, conociendo y adentrándonos más detenidamente en su
pasado y experiencias profesionales antes de encontrarse con Próspero. Hay buen
material, buena ambientación pero tal y como está estructurada y siendo una
novela corta me ha costado mucho conectar y entrar en la historia.
En resumen, estamos ante una historia corta
con un personaje cínico, amoral y con una
verborrea irónica incontenible que conoce su propósito y no deja que
nada ni nadie se anteponga ante él, hasta que se le presenta una disyuntiva
ante la que vacila y de repente sí que tiene que plantearse ciertas cuestiones
que hasta el momento le eran ajenas. Bien escrito, ágil de leer pero al que echo
en falta más información y mayor profundidad en las historias que nos presenta.
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