TITULO: La librería
AUTOR: Penelope Fitzgerald
TRADUCTOR: Ana Bustelo
GENERO: Narrativa
EDICION: Tapa blanda con sobrecubierta
EDITORIAL: Impedimenta
AÑO: 1996
PAGINAS: 181
SINOPSIS:
La librería
es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología
librera. Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en
1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por
«lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería, que será la
primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido
por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero
pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que,
de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla.
Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.
OPINIÓN PERSONAL:
Fitzgerald
ha logrado con esta novela, que la incluya en esa lista de libros cuyo recuerdo
va siendo más grato a medida que pasa el tiempo tras su lectura. Las
expectativas o la idea que nos hacemos en ocasiones de una novela termina
jugando en contra de la experiencia lectora, y en buena parte de la narración
he tenido sentimientos encontrados a medida que avanzaba en la trama, sin
embargo y gracias a un inesperado giro final tuve tiempo para recomponer todas
las piezas y ver la obra con cierta distancia y de forma global, lo que ha
terminado repercutiendo de forma positiva conforme ha ido pasando el tiempo
como comentaba al principio.
La novela comienza con los pensamientos inquietos de nuestra protagonista, Florence Green sobre si debía comprar una propiedad, Old House, de dimensiones adecuadas para abrir una librería, la única que existiría en Hardborough.
En el último año de la década de los 50, en Hardborough no parecía que hubiese llegado aún el progreso que ya existía en otras regiones del país. Precisamente la necesidad de lograr cierta progresión en su vida tanto personal como profesional, se convierte en el deseo de abrir su propio espacio donde dotar de entretenimiento a los vecinos del lugar y no dejando de ser un proyecto vital motivador y con una experiencia en el sector que ya conocía.
No lo tendrá nada fácil ya que encontrará demasiadas reticencias, rivalidades (el contrapunto lo compone un excelente personaje, Violet) y una nula empatía en relación con los habitantes del lugar. Justamente me gusta que en medio de tanta incomprensión acerca de su proyecto, la protagonista se interne en un debate muy interesante acerca de si debe vender ejemplares de la obra más conocida de Nabokov.
“… Algunos críticos dicen que es pretenciosa, aburrida, de lenguaje florido y repulsiva, otros dicen que es una obra maestra. ¿Sería usted tan amable de leerla y dejarme saber si le parece que haría bien al encargarla y recomendársela a mis clientes?...”
Le otorga a
la trama un segundo tema de debate acerca de la valoración de la literatura como arte o como mera diversión.
La narrativa de Fitzgerald es costumbrista y abundante en detalles sobre la época en la que se desarrolla la historia. La autora sabe crear una atmósfera donde el lector es perfectamente consciente de la naturaleza de los personajes que se nos presentan, todos y cada uno de ellos por muy secundarios que sean. Especialmente sabe retratar como era esa sociedad opresiva, vil poco progresista e ignorante ante cualquier introducción a la cultura.
Un aspecto
donde además podemos dotarle de una segunda lectura comprendiendo esa sociedad
como más actual de lo que nos gustaría admitir. El matiz sobre determinados
comportamientos abre un nuevo debate sobre la ética y la moralidad donde no se deja
de retratar la hipocresía y falsedad de parte de la población.
Insisto en
uno de los mejores aspectos del libro y es que Fitzgerald logra embaucarte con una prosa sencilla en
su propuesta pero exquisita por lo que logra evocar al lector, donde más
allá de lo que cuenta interesa como lo hace y el contexto donde se desarrolla
la historia.
No es una
historia de libros o de amor a la literatura, es un lienzo donde se retrata a
parte de una sociedad que fácilmente podemos identificar a pesar de no
encontrarnos en la misma época en la que está ambientada la narración. Un
relato de donde podemos sacar más de una enseñanza vital.
En resumen, estamos ante una historia cortita, que perfila más que define en este retrato costumbrista de una época y una sociedad tan real y cercana a la nuestra que no puede sernos ajena y que la envuelve un aura intimista con tintes melancólicos que deja cierto poso amargo en el lector por la realidad que nos presenta. Un libro fijo e imprescindible en mi estantería.
Hola Evey ^^ me alegra encontrar esta reseña por aquí. Si no recuerdo mal, se adaptó al cine con una coproducción española no? Me intriga mucho lo que cuentas de su estilo narrativo, tenía ganas de leerla, pero no me decidía, pero si sumamos que me convence tu opinión a que Impedimenta es mi editorial fetiche, la oportunidad se la ha ganado :)
ResponderEliminarHola Rubén, gracias por pasarte y comentar. Efectivamente, hay una adaptación de la novela a manos de Isabel Coixet. Con sus diferencias entre novela y pelicula, la primera es mucho más intimista y etérea y pasado el tiempo de lectura aun sigo recordando todo lo que me hizo sentir mientras la leía. Impedimenta es una de las grandes editoriales de este país. Un saludo y gracias.
EliminarGracias a ti! Me alegra mucho verte de nuevo por el blog con tantas ganas ☺️
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