viernes, 29 de abril de 2022

X, Ti West

X

Ti West

Terror

2022

 

 

 

SINOPSIS:

En 1979, un grupo de jóvenes cineastas se propusieron hacer una película para adultos en la zona rural de Texas, pero cuando sus anfitriones solitarios y ancianos los atrapan en el acto, el elenco pronto se encuentra en una lucha desesperada por sus vidas.

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

La singular propuesta de Ti West, arranca en una granja de Houston, Texas, donde el Jefe de Policía intenta llegar a la entrada de la casa sorteando cadáveres a su paso. A su alrededor solo encuentra silencio y muerte únicamente interrumpidos por la voz que proviene de la televisión que aún se mantiene encendida, con un discurso de un telepredicador sobre el mundo del pecado.

Parece el comienzo de un slasher corriente del género, pero no. A24 ha producido un proyecto que pretende ser mucho más, pero sin dejar de rendir homenaje a los clásicos de toda la vida cinematográfica del terror. Visualmente parece que estamos siendo testigos de una historia de costumbrismo rural propio de una secuela de La matanza de Texas, pero aquí, West intenta presentarnos algo que está a medio camino entre lo clásico y el terror más actual en cuanto al concepto en sí mismo, ese al que muchos llaman terror elevado. Si que por momentos he sentido que en términos generales podría haber sido mucho mejor de lo que termina siendo, pero es innegable que hay una propuesta diferente, mimo y cariño por el género e interés e apostar por algo más rompedor.

 

No estamos ante una película del nivel de It follows, Get out, Hereditary o Us, (que si dejaron su impronta en el género) aunque hay pretensión de que lo sea. Esta se encuentra en un nivel inferior a estas pero no por ello menos disfrutable.

Habiendo dirigido West las conocidas La casa del diablo o VHS, estamos ante la que es hasta el momento, su mejor película.

Tiene muchos elementos a destacar. En primer lugar, el aspecto visual. Luce tal cual de la época que retrata, muy setentera y principios de los ochenta. La fotografía tiene una estética retro que introduce directamente al espectador en un tipo de pelis que parecen hechas en otra época. La recreación es tan acertada como lograda.

La dirección es igual de loable. Me ha gustado especialmente momentos en los que utiliza la pantalla partida para que el espectador pueda encajar las piezas de lo que le está sucediendo a dos personajes a la vez, logrando ser un recurso muy inteligente para aumentar la tensión del momento.

Por ejemplo, en la escena del lago, West logra imprimir una mezcla de sencillez y habilidad del plano y ángulo para provocarnos desde la calma de lo que vemos una sensación de inquietud y preocupación por la protagonista. Es una escena muy pensada técnicamente, bellísima estéticamente y muy angustiosa para el espectador.

La música a cargo de Tyler Bates y Chelsea Wolfe es fundamental para toda esa carga de inquietud que se proyecta en la pelicula, logran dar un empaque de tensión de la nada y envolvernos en otros momentos más etéreos y sutiles.

El no ser la típica apuesta slasher termina afectando al ritmo de la película, con una primera parte a modo de exposición dedicando tiempo a que el espectador se haga con el lugar, la ambientación y al desarrollo de los personajes y a establecernos uno de los temas controvertidos para debatir: el del empoderamiento femenino ante la industria pornográfica y al mundo del cine adulto en sí y como afecta a quienes trabajan en él. Hay una parte importante de metalenguaje del propio cine muy interesante.

Un gran acierto ha sido escoger su reparto, especialmente en los roles femeninos con una irreconocible Brittany Snow (Dando la nota), una muy actual Jenna Ortega tras el estreno reciente de la última entrega de Scream y la que impacta con verdadera fuerza en esta película: Mia Goth. Brilla con luz propia y está reclamando el lugar que le corresponde en la industria.  


El director juega con el espectador al terror más clásico, del que conoce ya todos sus trucos pero le introduce algo distinto, algo que no suele mostrarse en pantalla y que curiosamente se me ha antojado que ha compartido pensamiento con otro director coetáneo suyo: Paco Plaza. Tiene reminiscencias a jugar con la vejez y la decrepitud de la carne como factor para que el espectador aparte la mirada. Hay muchos momentos donde se expone la contraposición de la plenitud de la juventud con la de la vejez y el recuerdo de lo que uno fue y como se va destruyendo poco a poco.

Es importante quedarse a ver los créditos ya que veremos un tráiler de lo que será la precuela de esta historia. Al parecer tras un brote epidémico durante el rodaje que obligo a hacer un parón en el mismo, le dio la oportunidad al director para sentarse a escribir y concebir esta película como una franquicia.

En resumen, estamos ante una propuesta diferente al slasher, mezclando lo clásico a modo de homenaje y lo moderno en cuanto al pensamiento y la reflexión más allá del horror o del grito. Introduce elementos nunca antes mostrados de este modo en el subgénero y logran hacer pasar un buen rato al espectador. Y estamos de suerte porque West nos tiene preparado mucho más.

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